PATRONES DE CONTROL
Hasta el momento, la fase crítica se comporta como una “caja negra”: se sabe lo que entra, se vislumbra, a veces, lo que sale, pero no se sabe claramente lo que ocurre en el interior. Tal situación inhabilita los procedimientos habituales de la perspectiva o de la proyección. […] Lo que “objetivamente” analizamos es un todo.
HENRI LEFEBVRE
La revolución urbana, Alianza Editorial (1970)
Con ese enfoque sobre la transparencia de la fase crítica, que Lefebvre expone en el inicio de “La revolución urbana”, nos incorporamos a una reflexión por el pormenorizado de aquellas reglas de trabajo que participarán en el interior de nuestros modelos virtuales.
Para hablar de datos cuantificables tanto como valores de entrada como, en este caso, patrones de control de la herramienta (o reglas de juego si se quiere), necesitamos aclarar una serie de conceptos tan ambiguos como los de las ciudades ideales26, los modos intemporales27 o la supervivencia urbana28. Esto nos lleva a intercalar nuestras reflexiones con la de todos aquellos autores participes de estos dilemas, que también estará presente en la propia redacción de los textos que entremezclará reflexiones personales junto a patrones literales de cada uno de ellos.
El campo de estudio sobre la ciudad está más allá de los trabajos sobre armonía geométrica de Urbino30, y para hablar de ésta necesitamos entrar a definirla como un organismo complejo.
Jane Jacobs ya mencionaba que el verdadero problema de la ciudad era no verla como una interacción compleja de factores [..] en un todo orgánico. Jacobs invitaba así, a arquitectos y planificadores, a mostrar un mayor respeto por el orden intrínseco de las ciudades, y aplicar los mejores conocimientos de las nuevas ciencias, junto con los métodos más pragmáticos.
Jacobs y Lynch se retroalimentaron en muchos argumentos, pero fue el segundo el que llego a profundizar aún más sobre la posición de la computación en estos métodos. Años más tarde de estas publicaciones, Christopher Alexander será el que concretará un glosario de estos patrones29 a diferentes escalas, consecuencia directa de su evolución de pensamiento. A partir de su formación como matemático llevaba la reflexión sobre los grafos conectados dándole categorías de viviente a aquellos sistemas urbanos lo suficientemente complejos, aquellos sistemas, como ya vimos, donde sus entidades quedasen entramados31 en un todo.
Un nuevo gran nexo de unión con Alexander aparece justo en su etapa siguiente, cuando a través de las nuevas herramientas, se postula a favor de lo que llama “la belleza del código”. En su famosa conferencia en San José32, le exige a los informáticos presentes que busquen, como comunidad por el desarrollo de software, no solo la funcionalidad del código sino una profundidad moral, algo que ayude a la vida humana. Nos obliga a plantearnos si todos estos desarrollos de patrones generativos pueden participar de aquellos dilemas sobre la computación, sobre los límites difusos que tanto estamos hablando en este trabajo. Nos hace responsables del tiempo que ocupamos de la responsabilidad que ocupa el diseño de herramientas que condicionan la vida de otras personas.
Los computadores han permitido explorar esta nueva visión entrelazada de la ciudad que durante largo tiempo fue una imagen intuitiva y descriptiva, y cuyas consecuencias no pudieron analizarse previamente. El mejor modo de elaborar este flujo de decisiones es a través de un sistema complejo, es decir, un conjunto de elementos definidos o estados cuantificables unidos a una serie de interacciones que ligan esos elementos y les hacen cambiar.
Lynch nos instaba a especificar las clases de actores con un papel importante, y cómo en cada estado se ven modificadas por el flujo de sus decisiones, para así poder elaborar una “maquina abstracta” a partir de esos elementos y sus nexos.
Dirigir una máquina de ese tipo a través de todas sus etapas resulta demasiado aburrido para el espíritu humano, pero no para un computador, pero para ello los elementos y nexos, estados y relaciones, deben definirse matemáticamente.
Es decir, debemos desgranar con números, aquella primera caja negra de Lefebvre para que nos sirva como herramienta de transparencia y creación.
El urbanismo se presenta demasiadas veces como la pseu-dociencia que ignora los aprendizajes empíricos (Jane Jacobs) y aunque no hay que convertir esta necesidad en virtud33, la calidad del diseño depende en gran medida de la calidad de los datos disponibles. El miedo nunca debe llevarnos a la tarea de diseñar sin datos, sino de incorporar las evaluaciones de su calidad, o su falta de calidad, en el propio proceso de diseño. Esto podemos conseguirlo gracias a las configuraciones de las actuales herramientas, y las que están por venir, concebidas como procesos de creación más que como productos.
Una estrategia mínima que los científicos han seguido de forma general por varios cientos de años, pero que los planificadores a veces hemos ignorado, es asociar con cada cantidad estimada una medida de su precisión. Unos coeficientes de fuerzas que nos sirvan para su relación con el conjunto.
Nos posicionamos claramente con una actitud política sobre la ciudad, determinada no solo por los autores explorados y sus reflexiones sobre los diálogos entre la libertad individual y los condicionantes impuestos por las administraciones, o su relación con la tecnología, sino por la redacción de estos propios coeficientes. Éste, aunque con una inquietud sobre la abstracción, es por tanto nuestro pormenorizado, los parámetros urbanos con los que vamos a participar dentro de las experiencias en nuestros modelos virtuales. En una discusión de trasfondo podríamos llegar a la conclusión que las especificaciones no importarían tanto como la capacidad de incorporarlas. Pero como sí queremos comprobar unos números específicos, aquí surge un nuevo objetivo, si se quiere, del trabajo: el testeo sobre herramientas generativas de los valores intemporales del urbanismo, llevando hasta su decadencia nuestra capacidad análoga y la validez de estas afirmaciones.
Desde el estudio de la forma de Lynch, pasando por la teoría social compleja de Jacobs y el glosario de Alexander, que estamos exponiendo aquí, redactaremos todo un conjunto de patrones que sirvan de control tanto para los propios agentes internos como para nosotros como observadores deterministas.
Hemos realizado un esfuerzo por una visión simplificada de estos valores, para que fuesen útiles y funcionales dentro del software, pero suficiente para que nos permita aún la reflexión sobre cada conexión.
En palabras de Jacobs, las combinaciones de usos deben ser operativas teniendo una ejecutoria operativa por sí misma, sino los datos de la urbe tienden a convertirse en una colección de intereses aislados unos de otros.
La autora de Muerte y Vida en las ciudades también entra a explicar el concepto de usos primarios que serán aquellos que, por sí mismos, llevan cantidades de gente a un sitio determinado. Con este argumento definimos cinco tipos de zonificaciones principales, además de los propios cálculos de transporte y residencia. Operando como mecanismos de anclaje estarán las zonas de servicios, producción, cultivos, terciario y espacio público.
Admitiendo un paralelismo con aquel “juguete” de M. Batty34 y sus mapas pormenorizados, deberemos evolucionar hacia soluciones que no vengan sólo desde la serie de subsoluciones que corresponde a cada uno de los factores del modelo, en nuestro caso estos usos primarios, sino desde la complejidad de su cruce. También incorporaremos conceptos amplios para todo el conjunto de la aldea, necesarios para las reflexiones sobre identidad, población y representación.
Batty estudiaba aquellos valores sobre la “pobreza”, en nuestro caso exploraremos la localización de usos y viviendas, y sus consecuencias, valores no solo sensibles a la pobreza, sino también a los grados de satisfacción y enfermedad social.
Antes de pasar a su redacción, un último apunte sobre la importancia de las “matrices de coeficientes”, acotando influencias y zonificación, para encontrar esta complejidad y su evolutiva.
Esto nos sirve para llevar un poco a la práctica aquella reflexión sobre las nuevas ciencias de las ciudades que realiza el físico Geoffrey West35, lo único que estamos haciendo es “matemáticas con Jacobs” – que no es poco – añadiría yo.
a. ALDEA
Pensar sobre los aspectos genéricos del conjunto completo nos permite una concepción global sobre los valores sociales de las decisiones, pero también nos obliga a profundizar sobre determinados términos suficientemente complejos. Las capacidades de autogestión de la comunidad, su división y los argumentos sobre la densidad del habitar, nos deben hacer reflexionar sobre esa ciudad sostenible en el tiempo para con sus límites naturales de supervivencia.
COMUNIDAD
Una comunidad como órgano de autogobierno urbano requiere, como premisa, olvidar algunas nociones ortodoxas sobre estas poblaciones, sobre todo aquellos ideales de unidades introvertidas y cerradas sobre sí mismas.
Christopher Alexander, coincidiendo con Jacobs, entraría en la definición de un ideal de siete mil personas, unidad con a unas dimensiones supuestamente suficientes para poblar una escuela primaria y dar cabida a un comercio floreciente y a un centro comunal. Después, esta unidad se racionaliza y divide en grupos más pequeños de un tamaño a escala de los juegos y supuestas necesidades de los niños y el cotilleo de las amas de casa. La nomenclatura para este tipo de poblaciones no coincide ni entre autores ni tampoco con la que usaremos en este proyecto. Nuestras definiciones irán en referencia a las posibilidades de gestión de estos grupos humanos. Consideraremos, pues, nuestra unidad mínima de 7000 habitantes como la aldea, sus divisiones principales, aquellas con capacidad representativa, como barriadas, y por último denominaremos vecindades a los grupos de viviendas reflejo de las comunidades de vecinos.
Tal como nos relataba Jacobs, esta cifra simbólica de población latente se suele considerar como punto de partida de casi todos los planes de reordenación urbanística pero también de los ejercicios prácticos hechos por los estudiantes de arquitectura y urbanización. Algo que no deja de ser objeto crítica cuando se quiere hablar de las vidas de las grandes ciudades, como podemos comprobar en su texto de referencia:
La muy manida razón de asentar poblaciones ideales de unas siete mil personas resulta tonta en el momento que quiere aplicarse a las grandes ciudades. Esta visión, en base a una escuela, es tan poco realista como todas las demás visiones. La escuela es una excusa plausible y, normalmente, abstracta que sirve para definir un cierto tipo de dimensión general apto para esas unidades vecinales salidas de los sueños visionarios sobre ciudades imaginarias
JANE JACOBS
Muerte y vida de las grandes ciudades, (Capitan Swing, 2011) originalmente publicada como The Death and Life of Great American Cities (1961)
No podemos estar más de acuerdo con este sentido de cosificación y pretender arrastrar la complejidad de las grandes ciudades no ha sido nunca nuestro objetivo. Usamos la simbólica cifra como mínimo estable que demuestre unos datos de usos diferenciados y suficientes para generar patologías y consecuencias de nuestras decisiones. Sino dispusiésemos de esos “lugares de la identidad” que aparecen a partir de estas cantidades, no podríamos trabajar algunas de las relaciones más importantes que aquí se establecerán: centralidad, densidad, fronteras, evolución…
Entendemos que el estudio sobre una aldea de 5000-10000 habitantes no es como una barriada de esa población dentro de una ciudad mayor. Sus cualidades y virtudes específicas no se ven interferidas por la movilidad del resto de funciones de la gran ciudad y por lo tanto podrían tener el peligro de parecer unidades en este caso cerradas y autosuficientes. Incorporaremos un conjunto de puntos de contexto para reflejar que lo que aquí trabajamos es una metodología que puede ser análoga de ciudades consolidadas o de asentamientos en proyecto.
A menos que vivamos en un mundo de mapas y planos de papel, la mayoría nos identificamos con un determinado lugar porque lo utilizamos y llegamos a conocerlo de una manear razonablemente íntima. Por tanto tendremos algo realmente sólido que meditar si utilizamos estas definiciones para las aldeas en tanto que órganos eficaces de autogobierno.
Los individuos no tienen una voz efectiva en aquellas comunidades de más de 5000-10000 personas. Gracias al control de la auto-representación, y solo a él, según Jacobs, un distrito puede ejercer influencia efectiva sobre el Poder y competir con el dinero, como mecenas único de la ciudad.
Tendremos en cuenta que el reparto de los distintos usos debe incorporar la reserva de espacios para estas administraciones entre grupos de personas, familias y cooperativas; cada administración se hará responsable de una parte del campo. A los administradores se les da la tierra en arriendo y son libres de atenderla y fijar reglas para su uso.
Para poder ser funcionales y concluyentes con estos objetivos, deberemos situar los objetos en alguna parte y para ello entraremos en el ámbito complejo de la geometría urbana. Y tal como empezamos a ver, una aldea/barriada no es producto solo de unas fronteras sino de toda una potencialidad y usos mixtos. Esto quiere decir precisamente que debemos buscar las capacidades que tenemos a nuestro alcance sobre el control de diseño de parámetros pero también el diálogo con los datos físicos y sus límites. Ya mencionábamos antes el magnífico potencial de estas herramientas con programas de información ampliada como los BIM o SIG36.
DENSIDAD
El concepto de densidad en el urbanismo es frecuentemente usado para describir la relación entre un área dada y un número de entidades específicas en esa área. Estas entidades pueden ser personas, viviendas, servicios, o usos del espacio. Aunque la densidad es usada ya como requerimiento de diseño o como descriptor de planos o comunicación entre poderes, eso no significa que su uso sea correcto o que se emplee todo su potencial.
La relación entre densidad y forma tiene caracteres distintos. Es importante hacer una distinción entre la densidad urbana usada para describir un entorno construido (descriptiva) y la densidad urbana usada como normativa en un proceso de planeamiento o de diseño de la ciudad (prescriptiva).
En Spacematrix37 encontramos unos intentos por reducir la confusión alrededor de estos conceptos de densidad, transformándolo en un valor productivo para el diseño y práctica de planeamiento.
Tal como explica Arza Churchman38, no hay una medida acertada para la densidad pues esta tiene que ser compartida por diferentes países. En general la densidad varía dependiendo de la importancia de los diferentes numeradores y denominadores. Algunos países a definen la densidad a través del número de personas por área dada (densidad de población), mientras otros la definen usando el número de viviendas o de masa edificatoria por área dada. Nosotros intentaremos trabajar ambos conceptos en estas experiencias.
Una densidad media (FSI) tiene que tratar con la importancia, y problemática, de la definición de un límite. Que exista esta densidad media no significa necesariamente que todo el área deba ser uniforme en cuanto su densidad. Así trabajaremos con un contorno mínimo para conseguir una densidad vital y participativa39, pero no determinaremos las densidades específicas de cada división interna.
Distintos autores han reflexionado sobre este término y esto ha ido evolucionado no solo por las propias reflexiones sobre la ocupación del suelo, sino además por la adaptación de una serie de valores cuantitativos influyentes. Para entrar a trabajar sobre la densidad necesitamos definir estos valores.
– Área base del terreno (A): Los límites de un área de planificación, en varios sentidos, limites administrativos de proyecto pero también aquellos generados por las condiciones morfológicas de la malla de trabajo.
– Longitud de la red (N): a una escala de distrito consiste en la suma de aquellos espacios de circulación, desde calles, raíles, carreteras, canales, etc. Una característica común de las redes físicas es que su función consiste en servir de acceso al resto de áreas.
– Área de suelo total (F): englobamos aquí el sumatorio de todas las superficies, medidas por planta, a lo largo de un perímetro que envuelve al edificio, incluyendo las áreas de planta baja y de cubierta.
– Área de huella construida (B): este término aísla el área que incluye la extrusión principal de las zonas edificadas.
Dos términos sobre proporción intrínsecos a la características del habitar, aparecerán en estos cálculos de las definiciones, en el momento que intentamos cruzar áreas y habitantes totales.
– m2/habitantes: En Spacematrix encontraremos, en sus análisis sobre la ciudad de Amsterdam, una comparación de la evolución de este valor, reflejo de los mínimos de habitabilidad (m2) y de una serie de demandas sociales para con la vivienda. Trabajaremos con un gradiente entre 30-60 m2/habitante.
– Habitantes/vivienda: También van cambiando a lo largo dele tiempo los tipos de familia agrupados bajo un mismo techo. Encontramos distintos análisis de estas condiciones dependiendo del país de referencia. Contrastan los informes redactados por el INE español (Instituto Nacional de Estadística) y los del Instituto Demográfico de Ámsterdam40, de nuevo a través de Spacematrix. Trabajaremos con un gradiente entre 1-5 habitantes/vivienda.
* Unificamos los datos según la fecha del postulado y en base a una medida común de habitantes / km2.
** Habitantes por vivienda en el tiempo:
INE: 1909 – 5, 1932-34 – 4.2, 1961 – 4.
Ámsterdam: 1900 – 4.4, 1938 – 3.6
Raymon Unwin41 perteneciente a la Garden Cities Asociation (1899) de Ebenezer Howard, fue diseñador de una de las primeras Ciudades Jardín42 junto a Barry Parker, y planteaba cifras para este tipo de ciudades de baja densidad. Le Corbusier presentó una alternativa a las ciudades compactas del siglo XIX pero también a las espaciosas ciudades jardín a través de La Ville Radieuse43. Compuso una ciudad llena de espacio libre pero con una gran densidad presente en sus altos edificios residenciales. Frank Lloyd Wright propuso en Broad Acre City en total contrapartida de sus coetáneos, una densidad ideal de 2,5 viviendas por Ha.
Cornelius Van Eesteren, una de las “sillas” de los CIAM44, definió una densidad media de 70 viviendas/Ha., en referencia a dos situaciones específicas y prescriptivas. Con los altos precios del suelo de las zonas adyacentes a la ciudad se podrían diferenciar las zonas centrales (55-70 viviendas/Ha.) y las zonas periféricas (85-110 viviendas/Ha.) como sistemas diferenciados. A pesar de estos desgloses interesantes, sus pronósticos de densidad no se acabaron de cumplir, desembocando en una falta de actualización de aquella mezcla de viviendas y zonas comerciales prevista. Como consecuencia, y tras la segunda guerra mundial debido a la necesidad de construcción de viviendas, empezó a proliferar una política una zonificación especializada diferenciando entre “zonas para habitar” y “zonas para comprar”.
Jacobs argumento que el planeamiento moderno había ignorado la complejidad de la ciudad y había olvidado que la vitalidad económica y social era los ingredientes esenciales para conseguir que una ciudad llegase a funcionar bien. Aparece con una cifra que contrasta con el resto porque está concebida para la isla45 que compone el espacio construido de la ciudad. Alexander da un paso atrás respecto a Jacobs y de ahí las razones de la ambigüedad de este autor, pues en ninguna parte de su texto sobre los patrones de la ciudad, podemos llegar a concretar un valor específico para una densidad general. En su lugar lo que sí hace es un postulado hacia los gradientes de densidad, y quizás el único dato cuantificable se encuentra en la referencia a los conjuntos de comunidades, que se definirán de 7000 habitantes en anchuras comprendidas entre 400 m y 3 km.
En la última parte de Lenguaje de Patrones, en las diferentes descripciones que se hacen sobre los tipos de vivienda, sí que se pueden encontrar cifras concretas que van desde 40 a las 125 viviendas/Ha. (16000–50000 habitantes/km2)
Teniendo en cuenta estos datos, y aquellos de Jane Jacobs sobre los desarrollos de los asentamientos, un distrito efectivo y desarrollado de manera natural parece rondar la milla y media cuadrada, podemos encontrar en el cruce de los autores una densidad inicial con la que experimentar de 2000 habitantes/km2 y un límite máximo en la herramienta de 20000 habitantes/km2 .Probaremos si una superficie mayor acarrearía esos graves inconvenientes para el desarrollo de una red suficiente de actividades entremezcladas y de una identidad funcional.
GRADIENTE DE DENSIDAD
Este término responde al reto de llevar a la práctica virtual uno de los patrones más cuestionables del equipo de Alexander. Éste trata componer las barriadas gradualmente hacia estructuras de herradura que se auto-categorizan de gran coherencia. Su hipótesis pasa por intentar articular unas áreas densas con unas áreas de menor densidad de forma tan nítida que se darán a la actividad y la calma, sin mezclarse y a disposición de todos.
Geométricamente se componen como unos núcleos excéntricos para cada comunidad. La densidad alta desde la frontera hacia el centro de gravedad de la comunidad con forma de herradura ampliada. Estas herraduras formaran un gradiente en función de su posición en la región.
Cuando busca diversión y comodidad, la gente desea estar cerca de las tiendas y los servicios. Cuando busca tranquilidad y vegetación, prefieren estar lejos de los centros excéntricos. A través de otro juego en base a la forma, construye un dialogo donde la demanda supuestamente iguale a la oferta en cada anillo de densidad, así las rentas del suelo o los precios del terreno podrían ser el mismo en todos y cada uno de los anillos. Cada uno obtendría lo que persigue. Ellos mismos llegan a la conclusión que dentro del desarrollo de este patrón, este reparto siempre se tendrá que recalibrar con los mapeos sociales.
Se definen pues tres grados de densidad de edificación:
R1 = R/6
R2 = 3R/6
R3 = 5R/6
Donde R es el radio total del semicírculo con centro en los núcleos excéntricos.
Intentaremos llevar estos estudios a uno de los últimos estadios de visualización de datos del experimento de cálculo estático, o comprobar si se cumplen estos intereses igualados en un desarrollo multiagente (por familias) ya que se menciona cierto éxito desde una satisfacción social.
VECINDADES
Como remata Jacobs, la vecindad de la ciudad entera es el nivel en donde se encuentran los vecinos particularmente interesados en las artes, donde se intercambian puntos de vista. Con no más de 300 m de anchura ni más de 400-500 habitantes / vecindad, se buscarán aún las capacidades de auto-organización de estos grupos locales.
b. EDIFICACIÓN
Si quisiéramos aislar uno de los objetivos principales del uso de la herramienta con estos desgloses, se podría concluir que se trata de encontrar las zonas más óptimas para la edificación residencial en función del estudio sobre los sistemas de conjuntos. En cada experimento ampliaremos los mapas de datos mezclados e incluso realizaremos determinadas aproximaciones a especificar esta edificación en función de los distintos tipos de familias como valor de entrada para el habitante, cotejando sus gradientes de afinidades, y por tanto de satisfacción.
ALTURA
El debate sobre la altura para una edificación apropiada ha sido intenso durante el último siglo. La relación entre el ancho de las calles y la altura de los edificios fue un factor de estudio para Walter Gropius46. Argumentaba que con un planeamiento para edificios más altos, uno podría proveer de mayores espacios abiertos sin la pérdida del número de viviendas (o densidad de población). Más tarde Christopher Alexander, se postuló en contra de este desarrollo en altura del movimiento moderno añadiendo argumentos de peso psicológico47 – el límite de 4 plantas, con desviaciones solo ocasionales, es un modo apropiado de expresar la conexión más adecuada entre la altura del edificio y la salud de la gente.Nosotros limitaremos una mayoría aproximada de cuatro plantas para cualquier área urbana, por densa que sea. Si se supera esta limitación nunca será destinada para la vivienda humana.
USO DEL SUELO
En este caso también distintos autores han planteado algunas hipótesis sobre esto.
Y también aquí, como en la densidad, han sido claves los cambios en los pareceres, tanto respecto a las alturas como a las áreas por individuo exigidas a lo largo del tiempo.
Podemos encontrar, como pasaba con la densidad, unas referencias realmente aclaratorias sobre el cálculo del consumo de suelo.
El consumo de suelo (GSI) ha sido frecuentemente usado a lo largo del siglo xx para expresar la relación entre lo construido y lo no construido. Colin Rowe puso en la figura del análisis del terreno la capacidad para representar visualmente la ocupación de suelo como una distribución de masa construida y espacio abierto48. A través de estas representaciones podemos decodificar las dos doctrinas opuestas en el corazón del movimiento moderno y el planeamiento tradicional: la primera como acumulación de sólidos en un espacio vacío flotante, la otra dominada por la masa cortada a través de sus vacíos.
En Alemania, el uso del suelo y su medida fue aplicado para limitar los efectos negativos de los patrones sólidos urbanos. Reinhard Baumeister, Joseph Stübben, Karl Hoepfner y Anton Hoenig trabajaron juntos el concepto de consumo de suelo y en 1925 este se convirtió en parte de la política del planeamiento oficial en la ordenanza edificatoria de Berlín49. Pero el consumo de suelo, como tal, fue usado anteriormente en planeamiento. La expansión del plan de Barcelona por Ildefonso Cerdà es un buen ejemplo de esto. Aquí el consumo de suelo fue restringido a un máximo deL 50% para garantizar unas condiciones higiénicas en las parcelas. Esto en la realidad fue ignorado y se llegó, con el tiempo, a consumos que alcanzaron hasta 90%. En 1916 la resolución de zonificación de Nueva York también restringió la cantidad de terreno que podría ser cubierta por edificios. Esto luego fue redefinido (1961) hacia un nuevo factor de diferencia, el ratio de cantidad de suelo por área (FAR) y este elevado a su máxima expresión, lo que a través de un juego de definiciones elevó el consumo de suelo a unos niveles nunca antes experimentados.
Nosotros cruzaremos de nuevo a Jacobs y Alexander en sus reflexiones sobre esto.
Las variaciones dentro de una barriada, en densidad y tipo de vivienda, añaden posibilidades a los distritos. Jacobs mencionaba así que un alto índice de ocupación en el suelo – necesario para la variedad – con picos de densidad, puede llegar a ser intolerable sobre todo cuando se aproxima al 70%, siempre que el suelo no este entrelazado por frecuentes calles. Para Jacobs, con un buen reparto de transporte, una alta ocupación del suelo (0.60-0.80) es el caldo de cultivo para una vitalidad urbana, pues acabaría forzando a las personas a salir a la calle y parques, incrementando con esto la lógica interacción social.
Completándolo con las reflexiones de Alexander, plantearemos que nunca se construirá >50% del total del suelo definiendo una edificabilidad que responderá de esta manera:
– 0.5 para una planta
– 1 para dos plantas
– 1.5 para tres plantas
– 2 para cuatro plantas
La altura de los edificios no diferirá excesivamente de los de su alrededor y tampoco se trabajaran como edificios desconectados. Para esto las relaciones de vecindad que se sumergen sobre los conceptos autómatas (TdJ), nos resultarán muy útiles.
GRUPOS DE CASAS
Tal como hemos visto anteriormente, solamente donde las casas están entremezcladas con las demás funciones surge la cualidad personal suficiente en los hogares prestando su energía a los talleres, oficinas y resto de servicios. Las viviendas aparecerán intercaladas entre el resto de elementos no residenciales y el vacío.
Para el control de esto trabajaremos con el “valor de suelo” como entidad independiente suficiente que impida una aglomeración excesiva de lo residencial. Los valores de edificabilidad deben equilibrarse entre el mantenimiento de los bajos costes y el aprovechamiento máximo del lugar.
La gente quiere formar parte de un conglomerado espacial vecinal; el contacto entre las personas que comparten ese conglomerado es una función vital. Un grupo entre 8 y 12 viviendas permitirán reuniones vecinales para la toma de decisiones. Estos se agruparan en torno a caminos y terrenos comunes y se podrán atravesar a pie. En cuanto a la tipología de agrupación de viviendas:
– Casas alineadas: densidades entre 40-80 viviendas / Ha. a lo largo de senderos peatonales. Las casas alineadas según su geometría permiten un 70 % de su perímetro variable, con un aumento de la iluminación interior y un incremento del control de los espacios compartidos.
– Monte de viviendas: densidad > 75 viviendas /Ha. con terrazas escalonadas hacia el sur. Después de la elección de la altura se seleccionará el edificio principal variando su altura para configurar una cascada de tejados. Los montes de viviendas surgen de unos requerimientos de visibilidad, jardín propio y diversidad en las construcciones.
Aunque este pormenorizado no aparecerá como directriz en las herramientas, sí como patología a través de la medida de sus celdas de estudio (≈ 400 m2) que permitie una agrupación de viviendas con la densidad especificada. Deberemos trabajar con aquel gradiente de m2/habitante para llegar a la relación de 8-12 viviendas por celda.
Las dimensiones geográficas imponen límites empíricos a las poblaciones.
JANE JACOBS
Muerte y vida de las grandes ciudades, (Capitan Swing, 2011) originalmente publicada como The Death and Life of Great American Cities (1961)
GEO (ORIENTACIÓN Y PENDIENTE)
En nuestro intento constante de dialogar con estos dos autores, traeremos a estos argumentos de la americana la propuesta de Alexander, que nos insta a construir siempre en aquellos lugares con peores condiciones (acondicionamiento del lugar) para dejar las áreas mejores, más bellas, cómodas y saludables para otros usos no edificatorios. Por otro lado, los terrenos demasiado escarpados impiden la habitabilidad de determinados usos contiguos a la vivienda. Tendremos en cuenta que estos podrían aprovecharse para otros usos de la ciudad que resulten funcionales para la vida manteniéndose intactos o mediante bancadas, como, por ejemplo, los cultivos/parque. Este dilema pues lo resolveremos con la opcionalidad que permite la herramienta.
En cuanto al soleamiento los argumentos de Alexander son claros y contrastados: Aunque dependerá del clima y el contexto, en gran medida se situarán siempre los edificios al norte de los espacios exteriores contiguos que se orientarán al sur. Si el edificio está bien colocado, éste y sus jardines serán lugares felices, llenos de actividad y alegría.
Con el objetivo de incorporar todos estos condicionantes filtraremos en un paso previo, incluso antes de cualquier valor de entrada, la malla del terreno supuesto hacia unos condicionantes de soleamiento mínimo y pendiente máxima.
c. TRANSPORTE
Como yo comentábamos en Space Syntax, el estudio en detalle sobre la movilidad, debe participar de forma retroactiva al de la zonificación de la ciudad. Su justificación sobre los datos del mapa axial de Hillier la encontramos en textos anteriores, con un enfoque mayor hacia la razón social.
La red de transporte de una ciudad, según Jacobs, tiene funciones reales de auto-gobierno, pues nos sirve como supervisión publica, escala de confianza y control social siendo realmente eficaz cuando surgen problemas. La calle nos protege y nos informa, pero para esto ocurra, la urbanización física de una barriada debe apuntar a una serie de objetivos:
– Estimular el desarrollo de calles interesantes y animadas.
– Trazar la fábrica de estas calles de una manera lo más parecida posible a una red contigua que abarque todo un distrito o de dimensiones y poder tales que lo constituyan potencialmente en una sub-ciudad.
– Aplicarse de manera que los parques, plazas y edificios públicos formen parte de esta particular fábrica que es la calle.
– Aplicarse para que los parques, las plazas y los edificios públicos intensifiquen y complejicen aún más la diversidad y multiplicidad de las actividades de cada calle.
– Aplicarse para evitar a toda costa la creación de islotes diferenciados en sus actividades y funciones, es decir, islotes que constituyan barriadas aisladas y por debajo del nivel de distrito.
– Debe crear un mínimo de identidades funcionales y operativas en áreas lo suficientemente grandes como para operar en tanto que distritos.
Buscaremos en este caso la relación entre las redes principales que rodean zonas de transporte local y sus vías secundarias y peatonales en conexión con la edificación.
ÁREAS LOCALES
Con objetivo de preservar la calidad del entorno urbano es necesario desalentar el uso del automóvil en desplazamientos muy cortos y estimular los recorridos a pie, bicicleta o servicio público. El patrón de áreas de transporte local aumenta la eficiencia de los desplazamientos largos al tiempo que hace menos atractivos los recorridos cortos en el automóvil.
Descompondremos por esto, el área urbana en áreas de transporte local, correspondientes a la división por barriadas, cada una con una anchura entre 1,5 y 3 km y rodeada por una carretera de circunvalación. Se construirán carreteras principales que faciliten la entrada y la salida de coches y camiones de las circunvalaciones, pero situados de modo que los desplazamientos locales interiores sean lentos e incómodos.
Además conectaremos este sistema de vías rápidas con un conjunto de puntos estratégicos que aporten el contexto del estudio, teniéndose en cuenta para la localización de las zonas de cultivo y espacio público.
En los modelos de calle en forma de parrilla, con indudables ventajas, hay dos maneras principales de introducir suficientes irregularidades e interrupciones visuales en la escena urbana. La primera consiste en añadir calles adicionales donde el dispositivo de parrilla consiga separar sus calles entre sí. El segundo medio es la introducción de elementos en las propias calles de la parrilla, como sistema de espacios públicos o parques.
JANE JACOBS
Muerte y vida de las grandes ciudades, (Capitan Swing, 2011) originalmente publicada como The Death and Life of Great American Cities (1961)
CRUCES
Los accidentes de tráfico son mucho más frecuentes en las intersecciones perpendiculares que en los empalmes en T, si estos no son oblicuos, así que estas conexiones exteriores las realizaremos en T y 90°, evitando las intersecciones de cuatro vías y oblicuas.
VÍAS PRINCIPALES
El coche aparece pues como oportunidad pero también destructor del entorno y social, por sus individualidades, velocidades y residuos.
En la sociedad moderna no es posible eludir la necesidad de vías rápidas; pero es esencial colocarlas y construirlas de modo que no destruyan ni las comunidades ni el paisaje.
En la actualidad, se tiende a describir una guerra entre automóviles y peatones. Estos esquemas sólo son prácticos y presuponen de antemano un espectacular declive absoluto del número de automóviles que usa la ciudad. Cuando ésto no se cumple, los necesarios aparcamientos, garajes y vías de acceso alrededor de las reservas peatonales alcanzan desorbitadas y funestas proporciones que, en conjunto, se convierten en un apaño capaz únicamente de desintegrar la ciudad y no de salvarla.
APARCAMIENTO
Los entornos humanos, no destruido social o ecológicamente por la presencia de los coches aparcados, son aquellos que tienen menos del 9% de su superficie dedicada a aparcamientos y garajes. Los grandes aparcamientos tienden a invadir el paisaje creando lugares desagradables y un efecto deprimente sobre los espacios abiertos circundantes.
Nunca dedicaremos pues más de este porcentaje de suelo de cualquier zona (75 coches/Ha.) y siempre se configuraran en grupos máximos entre 5-7 coches. La distancia entre estos grupos de aparcamientos será >30 m
DENSIDAD DE RED
Otra manera de expresar el estudio necesario de transporte es a través de su densidad. Esto lo especifican en sus trabajos conjuntos Meta Barghauser Pont y Per Haupt50, expresándolo en valores de redes/área o metros de transporte (longitud)/m2 (superficie). Para trabajar con parámetros cuantificables, el tipo de red en este caso debe ser explícito (coche, peatón, combinación…). En nuestro caso preferimos utilizar los valores por distancia máximas (de cuadrícula) que emplea Alexander en lenguaje de patrones.
Creemos muy potente incorporar cierto análisis a posteriori para comprobar si todos estos intereses cumplen los desplazamientos en tiempo máximos marcados para cada vía de la red de transporte. Para ello emplearemos algoritmos de cálculo sobre las áreas de influencia. Si tenemos en cuenta el viaje cubierto por media hora de distintos vehículos, podremos calcular las zonas que afectarían para cada punto de atracción:
– A pie: 20 km2
– Bicicleta: 175 km2
– Coche: 700 km2
– Transporte público: 150-400 km2
Aunque pueda parecer que el coche ha multiplicado por 35 las posibilidades de empleo, comercio y contacto social, esto debe contrastarse con la densidad de los núcleos por los que se mueve, donde puede salir perjudicado frente a otros transportes. En términos de área efectiva de suelo el transporte público, por ejemplo, supera de 4 a 12 veces el potencial de transporte privado.
CAMPO
Fuera de las barriadas, nos dice Alexander que en la zona de encuentro entre la ciudad y el campo, se situaran carreteras rurales separadas al menos por 1.6 km de modo que delimiten cuadrados de campo y tierras cultivables, cuya superficie sea al menos de una milla cuadrada (2,56 km.).
Estas vías no podrán destruir las comunidades ni el paisaje.
PUERTAS URBANAS
La observación de aquellas barriadas que han logrado una buena definición tanto física como en las mentes de sus habitantes nos ha enseñado que el rasgo más importante de la frontera de una vecindad es el acceso restringido a la misma. Los pocos puntos en que éste es posible adquirirán por definición una importancia especial que las convertirán en reconocibles, creando identidades y subculturas. Marcaremos las entradas a la ciudad como puntos de atracción.
VÍAS SECUNDARIAS
Dentro del área de transporte local, se construirán caminos locales menores y senderos para movimientos interiores a pie, en bicicleta, a caballo o en vehículos locales, definiendo las vecindades.
Para reducir el acceso a las zonas locales y su número de calles hasta casi a la mitad, se constituirá una zona para albergar lugares de reunión destinados a las funciones comunes que vayan a compartir varias barriadas.
Su colocación dentro de las barriadas será en ángulo recto a las carreteras principales, formando senderos de tráfico local que atraviesen directamente el centro. Se trazarán vías paralelas, que llevarán a las circunvalaciones rápidas, separadas entre 100 y 300 m, para que surjan entre ellas conjuntos de viviendas que vimos anteriormente. También estudiaremos la aparición de patrones de transporte en lazo sirviendo como máximo a 50 coches y cuya calzada tendrá un ancho entre 5 y 6 m. Estas calles secundarias se calcularán a partir de los 200 coches/hora.
PASEOS/CAMINOS
La última división, y que define las celdas de estudio, buscará mantener la separación entre peatones y vehículos fijando un trazado de senderos separados, aunque con puntos suficientes de encuentro.
Estos caminos surgirán en el corazón de las comunidades, uniendo los principales nudos de actividad y centralmente emplazados de modo que cada punto de la comunidad no quede a más de 10 minutos a pie (450 m). Tendrán entre 2 y 6 m de ancho. En base a unas metas (<100 m) se conectaran los caminos rectos o suavemente curvos. En determinados puntos se hincharan, cerca de las metas y en puntos intermedios, confluyendo con la sectorización de espacio público.
d. ESPACIO PÚBLICO
La misma lógica que teníamos para con la calle como elemento de control y calidad surge en los conceptos sobre el espacio público. El cálculo para el sistema de espacios libres se integrará tanto en esta zonificación como en la que surge de compartir con las zonas de cultivos tratadas como parques. Lo que aquí se explicita, por tanto como espacio público, remite al imaginario del espacio urbano intermedio y común. Mantendremos una lógica para todos ellos de escalas pequeñas y terrenos diseminados.
PLAZAS
Una y otra vez, arquitectos y urbanistas construyen plazas desmesuradas en las ciudades modernas. Tienen buen aspecto en los planos, pero en la vida real acaban siempre desoladas y muertas. Con estas palabras nos insta a construir plazas pequeñas, entre 14-21 m de anchura en su lado corto, aunque con una longitud que puede ser mayor.
DENSIDAD PEATONAL
Un número de m2 por persona nos da una estimación razonable aproximada de la vitalidad de un espacio, aunque haya evidentemente otros factores que inciden en ello. Entramos a definir por tanto una densidad peatonal constante para todos estos lugares comunes, arrastrando aquellos aprendizajes que hacíamos sobre la densidad anteriores:
– Plazas/patios/calles peatonales/lugares de concentración calculados entre 15-30 m2 / persona.
– Los porcentajes de simultaneidad en el espacio público rondarán entre 10-20 %
TERRENOS COMUNES
El terreno común tiene dos funciones sociales específicas. En primer lugar, hace posible que la gente se sienta cómoda fuera de sus casas y de sus territorios privados y, por tanto, permite que tengan conciencia de su conexión a un sistema social de mayor alcance y, segundo, actúa como lugar de reunión.
Reservaremos un 25% de los terrenos en contacto con las viviendas sin presencia de automóviles. Al menos 64 hogares unidos mediante una banda que no sea cruzada con el tráfico. Esto ya quedaba integrado en nuestra división por vías secundarias a través del último acceso de los vehículos.
Entendemos que muchas de estas escalas menores para el estudio del espacio público, y otras que no somos capaces aún de incluir, continuando los argumentos de Jacobs y Alexander, aportarían una riqueza sobre las actividades y recorridos realmente interesantes, pero esto forma parte de otro trabajo específico que no abordaremos.
Además de estas funciones, el espacio público también se convierte en un gran polo de atracción para la vida activa de la ciudad, por lo que posee una posición de riesgo especial incluso con su éxito. La relación con el ámbito comercial aparecerá tanto en la pormenorización del sector terciario como en las conexiones de las matrices de coeficientes entre usos, cuando llegue el momento de su complejidad.
Si añadimos parques públicos en lugares animados, tal como nos analiza Jacobs, lo que hacemos es añadir otro tipo de espacio abierto, además de las calles. Y si los entremezclamos convenientemente con las áreas residenciales y las zonas no-residenciales (como debía ser para que los usos primarios se combinen bien) conseguiremos un efecto aumentado de la vida en las calles.
e. CULTIVOS
El uso de este término para determinar la complejidad de la vegetación en la ciudad lo hacemos de manera deliberada buscando una revalorización de su función productiva.
Estos espacios de cultivo/verdes tienen unas posibilidades de aprovechamiento del terreno mayores, debido a su multiplicidad de usos, de las que tenían las edificaciones residenciales. Podremos aprovechar aquellos espacios descartados por éstas debido a sus límites de soleamiento y pendientes máximas.
El lugar que ocupa este uso, al acoger tanta actividad diferente también está sometido a distintas interpretaciones. Volveremos a los textos de referencia para encontrar pistas sobre el tratamiento de este uso concreto.
HUERTOS
Es parte fundamental de la vida humana y de cualquier villa saludable, poder tener el poder de cultivar sus propias verduras. Se definirán todas las granjas como parques en los que el público tiene derecho a estar, y se convertirán todos los parques regionales en granjas de trabajo. En nuestro despiece, antes de llegar a esta conclusión, ya nos posicionamos con el propio nombre del conjunto de patrones.
Las personas próximas a la vegetación acuden a ella con gran frecuencia y ésta debe ser lo suficientemente grande como para que uno se sienta en contacto con la naturaleza y lejos del bullicio
Esta necesidad solo puede resolverse con cientos de pequeños parques dispersos con tanta profusión que permitan un acceso viable a cada usuario. Los parques de barriada, como los define Jacobs, aparecen como partículas deliciosas de un distrito urbano, así como activos productivos desde el punto de vista económico, para los contornos de éstas.
Cuantificar esta necesidad productiva nos llevará a un cálculo aproximadamente de 100 m2/persona de huerto soleado ocupando una posición central respecto a los hogares que sirve. Por tanto, aparecerá una zona verde cada 3 minutos a pie (225 m) de unos 50 m de anchura y no más de 5500 m2 de superficie, uniformemente repartidas por toda la ciudad a intervalos entre 450-500 m.
Un gran error en los procesos de diseño de urbanizaciones de viviendas es pensar que los parques vecinales son capaces de sustituir las carencias de una intensa actividad y vida ciudadanas. Esta zona puede ayudar a dar coherencia a las diversas funciones al procurarles una agradable plataforma de conjunción pero los parques no son ni los pulmones ni los estabilizadores del mercado de la ciudad. La gente no utiliza los espacios abiertos simplemente porque estén cerca de sus viviendas ni porque los proyectistas deseen que los usen.
Necesitamos más que en ninguna de las otras zonas, por su extensión, estudiar sus retroalimentaciones con el resto de usos. Una variedad y confusión de usos produce –para el parque- una gran variedad y confusión de usuarios, una secuencia vital necesaria.
CAMPO-CIUDAD
Reformando el concepto que vimos en “transporte”, solo hay una clase de suelo no urbano: el campo. Así lo definiría Alexander. No hay parques, ni granjas ni tierras vírgenes no exploradas. Cada trozo de campo tiene propietarios con derecho a cultivarlo, si es cultivable; o con la obligación de cuidar de él, si es virgen; y cada trozo de tierra está abierto al pueblo en general, siempre que se respeten los procesos orgánicos que se desarrollan allí.
Tendremos en cuenta cierta geometría, dedos entrelazados de suelo urbano y rural, incluso en el centro de la metrópolis. Ambos nunca deben ser > 1,6 km de anchura.
AGUA
Los lugares cerca del agua son enteramente naturales y por ello sus orillas deben reservarse al uso común. Nuestras vidas están disminuidas si no podemos establecer un contacto rico y frecuente con el agua.
Reservaremos un cinturón de terrenos públicos en las inmediaciones de los lugares con agua. Los estanques y arroyos que atraviesen la ciudad construirán senderos para que la gente pasee a lo largo de ellos.
A pesar de mantener el agua como objeto opcional dentro nuestros casos específicos, creemos importante resaltarla por su importancia para con estas generalidades.
AZOTEAS-JARDÍN
Mucha de la superficie de una ciudad son tejados y el área que puede exponerse al sol es finita, por lo que es esencial construir cubiertas que aprovechen el sol y el aire.
Se reservarán ciertas partes de casi todo el sistema de cubiertas como jardines o terrazas utilizables.
ARBOLES
Formaran recintos, en arboledas o aislados. Configuraremos los edificios próximos en respuesta a estos árboles como lugares complejos.
Como ocurría con el espacio público, hemos acabado explorando valores a pequeña escala de la vegetación porque entendemos se hacen necesarios para el entendimiento del conjunto, esto no significa que luego aparezcan en nuestras aproximaciones.
f. PRODUCCIÓN
Puede afirmarse que las actividades fabriles prosperan en las ciudades a razón de las ventajas añadidas de tráfico comercial, no porque sea más fácil fabricar semillas-objeto.
Estas ideas desarrolladas por Walter Isard51 y Jay Forrester52, llevan a la hipótesis de que las decisiones para las localizaciones de los servicios industriales se producen por agentes trabajando en redes con múltiples centros. Con un incremento de las distancias en estos sistemas de desarrollo múltiple, aparecen puntos inestables de equilibrio, por lo que las redes de comunicación empiezan a ser realmente importantes. Aparecen sub-centros y se combinan en complejos sistemas auto-organizados.
Decidiremos sobre las relaciones de los lugares de trabajo desde su distancia a la vivienda, nivel de ruidos, situación respecto al transporte o al espacio público. En general tomaremos una postura de producción diseminada, limitando la gran industria y potenciando aquellos lugares productivos en cruce con los flujos residenciales.
TRABAJOS DISPERSOS
La separación artificial entre casas y trabajo crea fisuras intolerables en las vidas interiores de las personas. Crea fisuras enormes en la vida emocional. Por ello nos pondremos una serie de limitaciones, extraídas directamente en este caso de las enseñanzas de Alexander:
– Cada hogar estará a 20-30 min de cientos de lugares de trabajo
– Numerosos lugares de trabajo estarán a un paseo de los niños y las familias
– Los obreros podrán ir a su casa de cuando en cuando para almorzar, hacer un recado, trabajar media jornada y pasar la otra mitad en casa
– Algunos lugares de trabajo estarán en las casas; abundaran las oportunidades de trabajar en casa.
– Los barrios estarán protegidos del tráfico y el ruido generados por lugares de trabajo “nocivos”.
INDUSTRIA
En cuanto a las industrias, se necesita una forma lo bastante pequeña para que no haya que segregarla tan brutalmente como se hace actualmente; lo bastante auténtica como para que parezca un taller y colocada de manera que el tráfico de camiones que genere no perjudique a las barriadas más próximas.
Se limitaran en cinturones entre 60 y 150 m desarrollados en las fronteras entre comunidades (barriadas). Descompuestas en manzanas largas (0,5 – 10 Ha) tratando el borde y sus ramificaciones, evitando que se conviertan en zonas prohibidas y peligrosas. Se situaran cerca de las circunvalaciones en conexión con el transporte más rápido.
COMUNIDADES DE TRABAJO
Si el barrio perdiese sus industrias, el resultado sería desastroso para los residentes. Muchas empresas desaparecerían, incapaces de existir por sí mismas sobre la base de una actividad comercial del tipo que tienen los ensanches residenciales. Si los vecinos desaparecieran, las empresas desaparecerían también puesto que no puede existir sobre la base de los trabajadores empleados en el barrio.Esta relación en simbiosis se hace más fuerte en sus escalas menores.
Las grandes organizaciones centralizadas no son algo intrínseco a la producción en serie. Hay numerosos y excelentes ejemplos que prueban que cuando el trabajo esta sustancialmente disperso, en comunidades de trabajo, la gente sigue produciendo bienes y servicios de enorme complejidad.
TALLERES
Las capacidades de desarrollo aumentan la creatividad y adaptabilidad de estas a lo largo del tiempo. El espacio de trabajo debe formar parte del resto de la vida. El problema radica, de nuevo, en la ausencia de la mezcla de usos.
Estas comunidades aparecerán con sus propios patios, congregadas en torno a plazas o explanadas comunes, con tiendas y autoservicios y estarán formadas por conjuntos de entre 10/20 lugares de trabajo.
Se potenciará y contabilizará, en el menor de nuestros desgloses para este uso, la aparición de grupos autónomos de trabajo entre 5-20 trabajadores, incluyendo aquellos talleres domésticos integrados con las residencias.
g. SERVICIOS
Es este sección se pretende incluir lo referente a servicios de carácter público o semi-público, pero para poder trasladar un grado realista a las herramientas, hemos decidido acotar estos servicios a los más esenciales: Educativo, deportivo, sanitario y representación local.
MALLAS DE APRENDIZAJE
El espacio educativo aparecerá descentralizado, buscando el contacto de muchas personas y lugares. Una definición como malla diseminada supone una actitud política. Un sistema educativo radicalmente descentralizado resulta congruente con la propia estructura urbana. Algo tan positivo como la creación de espacios de formación, si estos aparecen demasiado centralizados, pueden acabar generando un sesgo poblacional en determinadas zonas de la ciudad, trastocando los comportamientos de los habitantes y el valor de la propiedad.
Nos resultan muy interesantes los cálculos del equipo de Alexander a este respecto, y por ellos los exploraremos como patrones. Calcularemos un aula hogar por cada 100 habitantes. La universidad, como plaza de mercado, tiene esa centralidad de la que surgen ondas emergente en los lugares de reunión o “laboratorios” entremezclados con las calles peatonales, por tanto la supondremos con una relación de talleres y aulas en proporción de 10 alumnos/profesor.
DEPORTES
Las instalaciones para deporte y ejercicio son un complemento indispensable en todas las áreas de trabajo y vecindades donde la gente reside.
Se diseminaran lugares para practicar deporte por todas estas comunidades, visibles al transeúnte y adosados a las vías peatonales. El cálculo también podrá variar dependiendo de la simultaneidad, y serán calculados en el momento más concurrido del día. Podemos encontrar estas referencias en textos tan diversos como los de los urbanistas mencionados, o estudios actuales del mismo consejo superior de deportes sobre los ratios de influencia53.
CENTRO SANITARIO
Un sistema sanitario realmente capaz de mantener sana a la gente, tanto mental como corporalmente, tiene que poner todo el énfasis en la salud, y no en la enfermedad. En consecuencia, ha de estar físicamente descentralizado para situarse lo más cerca posible de las actividades cotidianas de las personas.
Además de los pequeños centros por barriadas, calcularemos un centro sanitario suficiente para la población completa (7000 hab.), integrándolo junto al resto de actividades educativas y recreativas. Para que cumpla estos requisitos debe tener un ratio de 10 m2 / hab., teniendo en cuenta un 5% de simultaneidad.
Tal como comentábamos en los términos donde estudiábamos la aldea como conjunto completo, los ciudadanos de cada barriada necesitan puntos de apoyo donde aplicar sus presiones y en los que sus deseos se conozcan y respeten. Para ello hará falta reservar estos lugares de reunión, presentando un cuidado en su localización en diálogo con los espacios públicos activos.
Además se necesitará de un espacio representativo para todo el conjunto urbano, el lugar de confrontación de aquellos deseos discutidos por barriadas. Nuestra solución buscara la generación de un gran centro cívico/social en el cruce más concurrido de la comunidad de 7000 hab. En él debe reservarse al menos un uso simultáneo del 10 % de la población total, calculado con una proporción de 5 m2/ hab.
REPRESENTACIÓN
Los conjuntos como los centros culturales o cívicos pueden en algunos casos favorecer una reurbanización del terreno cosiéndose con el tejido de la ciudad. Los casos que más aprovechan esta sinergia son aquellos que tienen sus centros emplazados a las orillas de los propios centros urbanos.
Nos dice Jacobs, que si los componentes reunidos de estas islas culturales y cívicas se desmontaran y abandonaran las islas, uno tras otro, cuando se presente la ocasión, se podrían sustituir por usos enteramente diferentes, preferentemente usos que no sólo sean diferentes sino que, en su diferencia, complementen el proyecto. Por eso resultan tan interesante los comportamientos dinámicos de nuestras celdas, al no existir el estigma de lo construido en estos momentos intermedios con los que trabajamos, podemos hacer lecturas radicalmente honestas.
Hay que ser consciente de la cantidad de servicios importantes para el conjunto del cálculo que hemos dejado fuera de estas reflexiones, incluso algunos muy presentes en las publicaciones de los autores de estudio (Enterramientos, sitios para animales, terrenos sagrados, posadas…), pero se hacía necesario acotar en algunos campos para seguir avanzando sobre las reflexiones de su composición.
h. TERCIARIO
Sabedores de la importancia de la aglomeración de locales comerciales. Pondremos un especial cuidado en sus tamaños límite y los condicionantes para que el comercio local florezca sin perjudicar al resto de mercados. Englobamos en este sentido desde la compra de productos básicos a las oficinas o la búsqueda de ocio.
RED COMERCIAL
Entraremos pues a definir la red comercial con características comunes, según su escala de trabajo.
– Paseos comerciales: Cada 40000 personas o 6.4 km.
– Calles comerciales: cada 10000 personas o 2.9 km. el aparcamiento se concentrará detrás de las calles.
– Mercados: cada 4000 personas o 1.8 km.
– Colmados de la esquina: cada 1000 personas o 0.8 km.
Podremos incorporar estos divisiones a través de centros pequeños y dispersos que se vitalicen mutuamente, articulando tiendas, diversiones y servicios diurnos y nocturnos e incrementando la actividad peatonal.
MERCADO
El único modo de volver al contacto humano y a la variedad de alimentos es a través de los mercados y sus tenderos, que conocen muy bien lo que están vendiendo, por tanto favoreceremos esos complejos en los que pequeños comerciantes venden sus diferentes bienes, en sus diminutos puestos, bajo un techo común. Esta es la infraestructura para el comercio local, será calculando un mínimo de una tienda de alimentación / 1000 hab., y situados en las esquinas de las vías principales.
CENTROS
Al hablar de centros nos referimos a esos nudos de actividad tan atrayentes para la población. Un término quizás genérico donde englobar tanto la aglomeración de oficinas, con su actividad diurna, como la concentración de locales nocturnos dedicados al ocio. Con centros con una densidad excesiva, el suelo es demasiado caro y pocas personas podrán vivir lo suficientemente cerca. Recordemos que esto era el inicio del declive de toda vida en la zona.
Evitaremos las concentraciones masivas de servicios urbanos. Estos centros de servicios estarán distanciados entre 3 y 15 km, dedicados siempre a menos de 300.000 personas. En nuestra comunidad de 7000 habitantes contaremos al menos con algún tipo de centro, formado por los servicios locales, y quizás formalizado a modo de calle comercial.
BIBLIOGRAFÍA
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27 ALEXANDER, C, The Timeless Way of Building, Oxford University Press (1979)
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29 ALEXANDER, C., et al. A Pattern Language: Towns, Buildings, Construction , Oxford University Press, (1977)
30 Escuela de Piero della Francesca, Ciudad Ideal. (1470) Tabla de Urbino.
31 ALEXANDER, C., The City is not a tree, (1965)
32 ACM Conference on Object-Oriented Programs, Systems, Languages and Applications (OOPSLA), (1996)
33 JACOBS J., Muerte y vida de las grandes ciudades, (Capitan Swing, 2011) originalmente publicada como The Death and Life of Great American Cities (1961)
34 BATTY, M., The New Science of Cities, The MIT Press (2013)
35 MEHAFFY, M., 5 Key Themes Emerging From the ‘New Science of Cities’,http://www.citylab.com/design/2014/09/5-key-themes-emerging-from-the-new-science-of-cities/380233/ (2014)
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37 META BERGHAYSER PONT & PER HAUPT, SPACEMATRIX: Space, Density and Urban Form, (NAi Publishers, Rotterdam 2010)
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39 JACOBS J., Muerte y vida de las grandes ciudades, (Capitan Swing, 2011) originalmente publicada como The Death and Life of Great American Cities (New York, 1961)
40 Wintershoven. Demografisch eeuwboek Amsterdam, op. cit. (note 15)
41 UNWIN R., Town Planning in Practice (London: T. Fisher Unwin, 1909)
43 Propuesta para la ciudad de Paris (1922) y posterior influencia para “La carta de Atenas” de los CIAM (1933)
44 Congreso Internacional de Arquitectura Moderna.
45 Isla en referencia a la ciudad tradicional como los bloques urbanos, que comprenden las parcelas y, en algunos casos, espacios no construidos o que no contienen edificación.
46 Esquema de GROPIUS, W. (1939) ilustrando la relación entre altura edificatoria, ángulo de soleamiento, uso del terreno y densidad construida
47 En referencia a estudios del Brithish Medical Journal.
48 Rowe, C. and F. Koetter, Collage City MA: MIT Press, (1978)
49 Rådberg, Doktrin, op. cit. (note 12)
50 META BERGHAYSER PONT y PER HAUPT, SPACEMATRIX: Space, Density and Urban Form, NAi Publishers, Rotterdam (2010)
51 ISARD, W., Location and Space-economy; a General Theory Relating to Industrial Location, Market Areas, Land Use, Trade, and Urban Structure. Cambridge. (1956)
52 FORRESTER, J., Industrial dynamics. Waltham, MA: Pegasus Communications. (1961)
53 De la Planificación de la Gestión de las Instalaciones Deportivas. Un camino hacia la sostenibilidad, Catalogo general de publicaciones oficiales, Consejo superior de Deportes. (2011)