Christopher Alexander

Christopher Alexander tuvo en su formación de matemático y arquitecto un cruce de disciplinas que le llevaron de manera consecuente a distintas investigaciones sobre las formas que toman las decisiones en el diseño, sus razones y patrones vernáculos de repetición.

En este caldo de cultivo era natural que Alexander se convirtiese en nuestra primera referencia hacia un estado de la cuestión.

Para comprender la envergadura de su trabajo, repasaremos el conjunto de sus publicaciones de referencia, iniciadas en aquella Síntesis de la Forma1 , y que se nos presentan como obras influyentes no solo en el entorno del urbanismo, sino de las ciencias exactas, sociales y de computación.

A estos estudios teóricos le fueron acompañando también distintas experiencias prácticas que fueron determinantes en la evolución de su pensamiento.

El experimento Oregon2, engendrado en 1975, fue una de estas aplicaciones materiales de las teorías anteriores, y no fue el último. Esta práctica supuso una valiente propuesta a una situación de protesta estudiantil que reclamaba mayor participación no solo en la gestión universitaria sino en la propia configuración de sus espacios. En esta intervención se describieron los procesos y criterios principales que se deben tener en cuenta para hacer cambios en cualquier lugar. La universidad se convirtió en un campo exitoso de pruebas, proporcionando grandes aprendizajes hacia lo que serían sus publicaciones más conocidas: Lenguaje de Patrones y el Modo Intemporal de Construir. En sus proyectos, como nos confirma Salingaros3, Alexander experimenta una y otra vez con la dimensión emocional del diseño cuando trata de defender los patrones.

A través de sus éxitos y fracasos, presentes también en su conjunto de conferencias y publicaciones, podemos extraer la secuencia de su pensamiento respecto a la practicidad de estos valores intemporales.

Creemos realmente importante, y así quedará enlazado en nuestras reflexiones, el último traslado de estas ideas hacia el desarrollo de un código generativo. Su juicio sobre los procesos de diseño en la ciencia computacional nos reafirma su inclusión en este estudio de autores.

Debemos aceptar que las analogías de áreas urbanas no hacen otra cosa que ayudar a ampliar nuestra imaginación y guiarnos hacia un mejor entendimiento. Alexander nos hizo ver este concepto hace medio siglo1 y lo sigue manteniéndolo hoy en día 4  5.

HERBERT A. SIMON,
The Sciences of the artificial,
The MIT Press; 3ª edicion (1996),
1ª edición (1969)


NOTAS SOBRE LA SÍNTESIS DE LA FORMA

Este trabajo primerizo alberga una apuesta de Alexander ambiciosa y fue la consecuencia teórica que acompañaba a algunos experimentos anteriores sobre las máquinas de diseño de Markov6 . Los aportes en este libro atacan y refutan una serie de ideas que fueron la base del llamado movimiento moderno de arquitectura o movimiento racionalista o funcionalista que de manera más o menos arbitraria incluían referencias tanto al diseño industrial como al diseño de ciudades.

edc1La investigación de Alexander-Manheim7, presente en esta publicación, desde un enfoque clásico es uno de los mejores ejemplos de aproximación a la jerarquía del diseño. Los autores utilizan el problema concreto de la colocación de una autopista en Massachusetts para componer un sistema de conflicto entre factores físicos. Comprobando la obra de algunos de sus coetáneos, como Michael Batty8, podemos entender la importancia del traslado de estos procesos de Markov.
edc3

– Se definieron 26 factores físicos formando un mapa de subsoluciones al problema. Cada factor posee un conjunto de zonificaciones aceptables para la colocación de la autopista.

– Luego se determinaron todas las posibles conexiones por pares entre dichos factores, derivando de manera intuitiva la matriz de relaciones.

– La solución final fue descompuesta por una secuencia jerárquica usando un método de clúster para los factores analizados.

La reflexión a la que llegaron Alexander y Manheim tras este proceso de síntesis fue que, un sistema de promedio ayuda al diseñador a ampliar los datos en su solución emergente y dialoga con aquellas ideas prefabricadas sobre la forma final.edc2


LA CIUDAD NO ES UN ÁRBOL

Un auténtico manual de buenas prácticas de Alexander. A través de un recorrido analítico por una serie de estudios urbanos de referencia, consigue una descomposición de sus elementos y una puesta en crisis sobre las relaciones funcionales de éstos.edc4

Las conclusiones de los análisis le llevan a redactar un axioma sobre las necesidades de interrelación entre los elementos y su todo. Para esto utiliza la analogía apropiada del árbol por su cercanía con los diagramas de grafos funcionales:

– Una colección de conjuntos forma un árbol si, y sólo si, para cualquier par de conjuntos que pertenecen a la colección, o bien uno está totalmente contenido en el otro, o bien son disjuntos.

– Una colección de conjuntos forma un semi-retículo si, y sólo si, cuando dos conjuntos que pertenecen a la colección se superponen, el conjunto de elementos comunes a ambos pertenece también a la colección. Obviando cuál debiera ser su correcta traducción según distintos autores, semientramado o semirretículos, aislamos la definición con la que el propio Alexander los define: aquellos sistemas con la compleja estructura que tienen las cosas vivas, los cuadros importantes y las sinfonías.edc5

Podemos imaginar la importancia de este texto a través de las palabras de Nikos Salíngaros, coautor de la Nueva Carta de Atenas9, que llega a la consideración de que “La Ciudad no es un Árbol” es el artículo más importante del urbanismo contemporáneo, equiparable a cualquier otro libro del mismo autor10.

En nuestras prácticas, los entramados condicionarán los enlaces lógicos sobre los elementos en la herramienta pues nunca existirán valores cuya modificación no implique una retroalimentación del código.


LENGUAJE DE PATRONES

Después de un trabajo de 8 años de un equipo multidisciplinar y sus diferentes experiencias prácticas, se presentó este glosario sobre el conocimiento colectivo en los valores estables para las ciudades vivas. El propio grupo de investigación como valor añadido y en un gesto de autocrítica, se atrevieron a categorizar al inicio de cada capítulo, los patrones con un gradiente en asteriscos en función de su acierto y justificación11.

Aunque se convierta en la frase por siempre mencionada, esta definición en palabras de Alexander define muy bien su entendimiento de lo que significaban los patrones:

Cada patrón describe un problema que ocurre una y otra vez en nuestro entorno; propone posteriormente la médula de solución a ese problema, de tal manera que esa solución pueda ser usada más de un millón de veces sin hacerlo ni siquiera dos veces de la misma forma.

ALEXANDER, C., et al.A Pattern Language: Towns, Buildings, Construction, Oxford University Press, (1977).

La composición de unos patrones para el diseño de la arquitectura/ciudad, supone entender que existen determinados aspectos del habitar que son objetivamente más saludables que otros, y que además estos vienen en su mayoría del conocimiento vernáculo.edc6

Debido a la concentración de esfuerzo hacia el desarrollo de cada patrón individual, se prescindió de una explicación detallada sobre sus procesos de puesta en práctica. El propio Alexander reflexionó sobre esto en la OOPLA en 1996:

La primera vez que pensé en un Lenguaje de Patrones, me inspiré en esos esquemas generativos tradicionales, pensé que bastaba esencialmente con copiarlos. Sin embargo, ese enorme esfuerzo por convertir los lenguajes de patrones en algo creíble, en la década de 1960, se enfocó por completo en los patrones individuales (su formulación, verificación, etc.), y la idea de que su utilización debía ser de forma secuencial se dejó caer en el fondo.[…] En la práctica, por tanto, esta característica no se hizo […]

Conference on Object-Oriented Programs, Systems, Languages and Applications, OOPSLA, San Jose, California. (1996)

Es Salingaros12 quien nos alerta debido a que estas ausencias se puede generar una sistematización hacia anti-patrones estilísticos.

Muchas reglas estilísticas son anti-patrones; no son ni accidentales ni las simples preferencias de un individuo. Hacen intencionalmente lo opuesto a algunos patrones tradicionales […] las reglas estilísticas tienden a ser rígidas y excluyentes. Cualquier regla estilística es capaz de suprimir una cadena completa de patrones ligados en muchas y distintas escalas. Una regla estilística destructiva, como un virus, es un código informacional que disuelve la complejidad de los sistemas vivos.

Ibid.


CONCLUSIONES

En una cercanía con los trabajos de Lynch13, Jacobs14 o los postulados del Nuevo Urbanismo15, estos sistema se debieran componer como una malla secuencial sobre el usuario. Un método de diseño en práctica donde se enfatice sobre dos objetivos: la educación de los usuarios mediante la reintroducción de patrones que son eternos y la cuidadosa ignorancia de las imágenes modernistas que están hechas para ir en contra de los patrones.

Las capacidades complejas de la computación para con estos procesos de diseño hacen encontrar a Alexander su evolución natural hacia el estudio del código en los procesos generativos. Este permitiría el desarrollo de los espacios de la manera en la que se estuvieron trabajando, incluyendo su potencial de producir estructura viva.

[..] Ahora nos estamos centrando en los lenguajes de patrones como sistemas verdaderamente generativos. Eso significa, que son secuencias de instrucciones que permiten a una persona hacer un edificio completo, coherente, siguiendo los pasos del esquema. [..] Estos esquemas generativos son mucho más parecidos a lo que se suele llamar código.

Ibid

En ese enlace con la ciencia computacional es donde nos establecemos junto al autor pues nos permite explorar un tipo de proceso que en sus palabras siempre va a generar un buen código. Esta concepción de código en un sentido amplio sitúa a Alexander en una posición de profunda moralidad hacia el uso del lenguaje de patrones en el software, tal como ya se habían compuesto para la arquitectura. Una puesta en crisis en la relación entre el diseñador, los lenguajes de programación y los usuarios.

Muchas de las críticas hacia Alexander serían válidas de alguna forma si se entendiese su trabajo como un sistema impermeable de generación de ciudad, pero esto a nuestro entender se aleja de sus argumentos y por supuesto de aquello que enlaza con los nuestros.


BIBLIOGRAFÍA

1 ALEXANDER C., Notes on the Synthesis of Form, Harvard University Press (1964)

2 ALEXANDER, C., SILVERSTEIN, M., ANGEL, S., ISHIKAWA, S. y ABRAMS, D., The Oregon Experiment, Oxford University Press (1975)

3 SALINGAROS, N., Lenguaje de patrones y diseño interactivo. Cuadernos de Arquitectura y Nuevo Urbanismo (5) 50-55. (2008).

4 ALEXANDER, C., The Battle for the Life and Beauty of the Earth: A Struggle Between Two World-Systems (Center for Environmental Structure). Oxford University Press (2012)

5 ALEXANDER, C., Harmony-Seeking Computations: A Science of Non-Classical Dynamics Base on the Progressive Evolution of the Larger Whole. (2012)

6 MARKOV A.A. La distribución de la ley de los grandes números a valores que dependen unos de otros. Actas de la Sociedad Físico-Matemática de la Universidad de Kazan. (Trad. Ruso) (1906)

7 ALEXANDER, C. y MANHEIM, M., The Use of Diagrams in Highway Route Location: An Experiment. Research Report RR-R62-3. Departmen of Civil Engineering. Cambridge, MA: MIT.

8 BATTY, M., The New Science of Cities, The MIT Press (2013)

9 Nueva Carta de Atenas. La visión de las ciudades en el siglo XXI. Consejo Europeo de Urbanistas (ECTP) (2003)

10 SALÍNGAROS, N., Principles of Urban Structure, Techne Press, Amsterdam, (2005)

11 “*”, “**” o “***”.

12 SALINGAROS, N., La estructura de los Lenguajes de Patrones. Cuadernos de Arquitectura y Nuevo Urbanismo (5) 35-49. (2008).

13 LYNCH K., The Image of the City, The MIT Press, 1960.

14 JACOBS J., Muerte y vida de las grandes ciudades, (Capitan Swing, 2011) originalmente publicada como The Death and Life of Great American Cities (1961)

15 Urban Design Associates, Óp. Cit.; The urban design handbook, W. W. Norton & Company, (2003).